En la amplia trayectoria del director y productor de cine Héctor Olivera, sus films La Patagonia rebelde, la película que lo ubicó como una figura reconocida en el mundo del cine local; No habrá más penas ni olvido, la más premiada dentro de su producción y La noche de los lápices, que surgió después de haberse negado a filmar una película sobre los desaparecidos, lo convirtieron en un referente del cine político.
Pero sus inicios como director lo remiten a otro tipo de historias y, decididamente, a otra paleta cromática.